Orígenes
El Ouróboros es un símbolo que muestra a un animal serpentiforme que engulle su propia cola y que forma un círculo con su cuerpo. El Ouróboros simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo. Es un concepto empleado en diversas culturas a lo largo de los últimos tres mil años al menos.
En un principio su uso más antiguo estaba en la emblemática serpiente del Antiguo Egipto y la Antigua Grecia. Los Ouróboros se remontan a los jeroglíficos hallados en la cámara del sarcófago de la pirámide de Unis, en el 2300 a. C. El símbolo tradicional consiste en un dragón o una serpiente que se muerde la cola y crea un círculo sin fin.
Igualmente se puede encontrar un mito similar en la mitología nórdica. En esta, la serpiente Jörmundgander llegó a crecer tanto que pudo rodear el mundo y apresarse su propia cola con los dientes.
Este mito fue divulgado más ampliamente por la literatura de entre guerras del siglo xx. El deseo por la consecución del saber oculto, llegar a encarar las fuerzas elementales de la naturaleza, temibles y monstruosas, pero que finalmente conducen hacia la debilidad y la culpa.
El Ouróboro representa la personificación de fenómenos naturales como el sol, las olas del mar, etc., que suben hasta cierta altura y caen luego bruscamente, para volver a empezar.
Esto se relaciona con el mito solar de Sísifo y Helio, el dios del sol que sale cada mañana y después se hunde bajo el horizonte.
Curiosidades
Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina, la piedra rodaba de nuevo hacia abajo, y Sísifo tenía que volver a empezar desde el principio.
En algunas representaciones el animal se muestra con una mitad clara y otra oscura, lo que hace recordar la dicotomía de otros símbolos similares como el yin y yang.
En la alquimia, el Ouróboro simboliza la naturaleza circular de la obra del alquimista que une los opuestos: lo consciente y lo inconsciente. También es un símbolo de purificación, que representa los ciclos eternos de vida y muerte. A partir de la alquimia, la masonería y muchas otras escuelas filosóficas y simbólicas han utilizado y estudiado el Ouróboro que la serpiente al cambiar de piel se rejuvenece constantemente.
En la escuela Rosacruz, simboliza la eterna madre, que simboliza todo y todo lo contiene: la búsqueda de lo desconocido.
La unión del I O = 1 0 siendo la cola lo masculino y la boca lo femenino, manifiesta la Eternidad, regeneración. El dragón es la personificación reptiliana del poder primordial, sinónimo frecuente de la serpiente en el mito y la leyenda, por ejemplo en Grecia y China se les llamaba drakonates a las serpientes grandes. Los dragones aparecen en múltiples narraciones como guardianes vinculados al inframundo y al conocimiento de los oráculos.
Similitudes
El mito del Ouróboros, apareció por primera vez en Egipto tanto en los sarcófagos del Imperio Nuevo como en el Libro de los Muertos, indicando el curso cósmico en un tiempo infinito; como símbolo de la eternidad fue adoptado también por la alquimia y la francmasonería, pero también se encuentra en el arte sepulcral cristiano, en el arte del Benín, en un sello de la Theosophical Society, el Codex Marcianus, y en el Book of Lambspring, entre otros, concepto que recuerda al Samsara del pensamiento hindú.
Hay una mención primera en la cultura china, fue encontrado en un yacimiento de la cultura Hongshan en el año 3.000 a.c. Se emplea como representación del ciclo de la vida, que no acaba, sino que continúa en una forma diferente. Representa la naturaleza cíclica de la vida, que siempre está mudando, se devora y vuelve a nacer.
En el Zoroastrismo, algunas representaciones muestran a Zoroastro luciendo un Ouróboros en la cintura.
En un texto sobre la Alquimia, del siglo II, se muestra éste símbolo. El animal aparece en dos colores, simbolizando la unión de opuestos al igual que el Ying y Yang, con la inscripción Todo es uno. Es decir, la unión de los opuestos, del arriba y el abajo.
En Egipto es símbolo del mundo infernal, de Apophis, del que El libro de Apophis, escrito hacia 312 a.C. dice: tú que tienes tu cola en tu boca, tu que te comes a ti mismo. En el Libro de los muertos, 1.500 a.c, se menciona que un animal sale del caos hacia arriba para volver a bajar, y por tanto apuesta por un deseo: que los fallecidos retornen a la vida en forma de serpiente.
En Grecia, Hermes, dios de la alquimia, define el símbolo como la serpiente que se devora a sí misma, la unidad esencial de la naturaleza.
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